Para poder alcanzar la inclusión en las aulas, es necesario que seamos conscientes de que todos somos iguales y a la vez muy diferentes, y que es gracias a nuestras semejanzas y diferencias por lo que somos quienes somos: seres únicos.
Todos y cada uno de nosotros tenemos unas capacidades y unas limitaciones o dificultades de acuerdo con la tarea o aprendizaje que tenemos que realizar, pero desde la escuela hay que favorecer y destacar las potencialidades de cada individuo para que elabore una imagen positiva de sí misma, y evitar así las discriminaciones o el establecimiento de barrera sobre lo que puede o no hacer cada individuo.
En educación infantil se desarrolla la autoestima y la creación del autoconcepto, para lo cual es necesario establecer relaciones con otros, ya sean iguales o adultos. Por ello, es importante destacar que cada individuo tiene aspectos positivos y otros que tiene que mejorar o para los que necesita ayuda; es por eso que el trabajo colaborativo en esta etapa a través de pequeños grupos o equipos de trabajo suelen estar presentes en todas las aulas.
Enseñarles el valor de trabajar en equipo a estas edades puede resultarnos complicado, pero realmente como se aprenden los valores, es vivenciandolos. Además podemos utilizar otros recursos como por ejemplo el siguiente vídeo que narra el cuento "A qué sabe la luna" en el cual todos los animales, independientemente de sus características se unen para poder alcanzar un objetivo común.
El aprendizaje colaborativo permite establecer relaciones entre todo el alumnado, favoreciendo el desarrollo de la amistad o al menos conocimiento mutuo que ayuda a eliminar ideas preconcebidas o estereotipos que conducen a la discriminación. Trabajando juntos, los resultados serán más positivos para todo el grupo.
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